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Parque natural El Galacho de La Alfranca de Pastriz

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Detalles del Parque natural del Galacho de La Alfranca de Pastriz

Instalaciones y museos del Parque natural del Galacho de La Alfranca de Pastriz

Parque natural del Galacho de La Alfranca de Pastriz

Panorámicas del Parque del Galacho de La Alfranca de Pastriz

Observatorio de aves del Parque del Galacho de La Alfranca de Pastriz

Torre mirador del Parque del Galacho de La Alfranca de Pastriz

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Camino de seguimiento de aves El Galacho de La Alfranca de Pastriz

 

Llegada al parque del Galacho de La Alfranca de Pastriz

 

Salida del parque del Galacho de La Alfranca de Pastriz

El Galacho de La Alfranca de Pastriz, configura una Reserva Natural situada en el tramo medio del Valle del Ebro, unos 10 km aguas abajo de la ciudad de Zaragoza que junto con los Galachos de La Cartuja y el Burgo de Ebro, comprenden un total de 777 ha, siendo 6 de agua libres y 15 de vegetación de humedad.
Se trata de un antiguo meandro del río Ebro abandonado por sucesivas modificaciones de su cauce, en Aragón se conocen con el nombre de galachos. Esta Reserva Natural alberga uno de los ecosistemas ribereños mejor conservados de nuestra comunidad. Constituye un excepcional conjunto de zonas húmedas que contrastan con la aridez de la Depresión del Ebro, dándose aquí especiales condiciones causantes de la exuberante vegetación existente, que sirve de refugio a una importante variedad de especies animales y vegetales. De hecho, constituye una auténtica reserva para las aves, siendo visitada por numerosos ornitólogos durante todo el año.
Hay más de 200 especies de aves, destacando el martinete y las garzas y entre los mamíferos ribereños como el jabalí, la jineta, la nutria y la rata de agua, además de gran número de anfibios y reptiles. Sumergidas en el agua habitan también algunas algas.
Próximas a la orilla, inundadas casi permanentemente, se pueden observar praderas de pastalum en el río y aneas y carrizos en los galachos. Estos últimos son la especie que más abunda, sobre todo en la Alfranca, cuyo carrizal está considerado uno de los mayores de Aragón.
En la Reserva, se mezclan en los cambios de estación poblaciones de especies típicamente invernantes, como patos cuchara, ánades frisos, cormoranes, petirrojos, agachadizas comunes, etc., con la llegada de las más tempranas aves estivales, como golondrinas, abubillas, y chorlitejos chicos.
Algunas parejas de cigüeñas incuban en la zona y se han observado milanos negros en periodos de migración.Entre la vegetación, olmos, álamos y fresnos destacan, así como arbustos del soto como el cornejo, el majuelo o la zarzamora.
Existen diferentes itinerarios para recorrer a pie los variados ambientes que bordean los galachos y su reserva: cultivos, vegetación palustre, bosque de ribera, graveras..., donde encontraremos zonas señalizadas, paneles informativos, miradores, etc. Algunos accesos se encuentran regulados, y sólo se permite el acceso acompañados de los guardas y guías de la Reserva, con el fin de no perturbar o molestar a los animales y plantas.
Los galachos se protegieron en 1991 con la figura de Reserva Narural, con el fin de proteger su fauna, flora y biotopos.
Este espacio, fue también poco a poco transformado por el hombre en un mosaico de cultivos de regadío, aprovechando las condiciones excepcionales de la tierra y la cercanía del agua. Testigos de esa colonización, quedan algunos edificios como la finca de la Alfranca, donde se ubica actualmente el Centro de Interpretación de la Naturaleza de los Galachos de la Alfranca, que conlleva el palacio, la iglesia-convento, la fachada de las caballerías y parte de los jardines de este conjunto residencial construido por los Marqueses de Ayerbe.
El Centro de Interpretación, dispone de una exposición permanente sobre la Reserva Natural, así como de un espacio para la proyección de audiovisuales y una pequeña tienda donde adquirir diversos materiales, como libros, cuadernos didácticos, etc.
Está equipado con didácticos paneles interactivos, que explican de forma amena aspectos como los ecosistemas propios de la zona, podremos también ver una muestra de peces propios de los cursos fluviales, conocer algunas características principales de las aves y la construcción de sus nidos, o escuchar los sonidos de diferentes mamíferos y anfibios que habitan en la Reserva. Durante el periodo escolar, el centro desarrolla también un programa educativo para los niños. Algunos colegios han venido a pasar un agradable día como el Santo Domingo De Silos Fuente: Prames.

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